sábado, 16 de mayo de 2009

La inacción produce cuentos viejos

Tras mi regreso del Roraima, han pasado unas semanas durante las cuales he pasado por diferentes estados de ánimo, que van desde la desesperación, hasta el saludable optimismo. Todo debido a la evolución de la lesión de tobillo. En las primeras 2 semanas la evolución fué bastante buena, pues la inflamación fué cediendo gradual pero contínuamente, aúnque obviamente casi no podía pisar con ese pie, y caminaba con una cojera que creo que a ratos era exagerada, seguramente por el temor inconsciente de lastimarme. Las siguientes 2 semanas, una vez que la inflamación había cedido en gran parte, en el empeine y en la canilla, empecé a hacer sencillos ejercicios que promueven la movilidad de la articulación, con diferentes sensaciones: unas veces sentia un gran alivio después de hacerlo y otras veces más bien me sentía mas lastimado. Traté de empezar a caminar sin cojear, cosa que podia hacer por momentos sí y por momentos no.

Para no quedarme completamente inactivo, hace una semana desempolvé un viejo perchero de marca ORBITREK, y recordé que su uso primario es para hacer ejercicio. Primero por 15 minutos, y poco a poco hasta 45 minutos. El Domingo pasado me monté en la bicicleta y salí a dar una vuelta en la cota mil. Con más miedo que dolor hice el trayecto en poco más de una hora, con buenas sensaciones en general, aúnque notando mucha rigidez en los tendones de la rodilla para abajo, que supongo poco a poco irá cediendo. Me preocupa que aún tengo inflamación y dolor justo encima de lo que creo es el ligamento peroneo - astragaliano anterior. Tendré que hacerme otra evaluación y espero que no sea ninguna complicación. Mientras, mañana domingo volveré a la Cota.

En vista de esta inacción, y copiando la idea de Félix de rescatar cuentos viejos, aquí va uno: De cómo en mi primera carrera me monté en lo más alto del podio, y de paso, por única vez en mi vida, obtuve un premio en metálico.

Allá por el año 1990 yo le prestaba servicios en el área de telefonía a la Compañía anónima Venezolana de Navegación (CAVN). Tenía algunos años ya en eso y me conocía prácticamente con todo el personal de la empresa. Parecía un empleado más de CAVN.

A esas alturas de mi vida yo había descubierto (tal vez tardiamente) que me gustaba y me hacía bien hacer algo de ejercicio. Había pasado de ser un completo sedentario, bebedor consetudinario de viernes a domingo y, por que no si se presentaba la ocasión, también de miércoles... o jueves...o...bueno cualquier dia que termine en "s" o en "o", a ser menos sedentario, bebedor consetudinario, tal vez de viernes y sábado, pero que hacía algo de ejercicio: alguna vez en la mañana una trotadita en Parque del Este, un sábado algun paseillo con la familia por el ávila y los domingos alguna rutica ciclista urbana, generalmente con mi cuñado y algunos amigos no precisamente deportistas. Me sentía mucho mejor tanto física como anímicamente y, una cosa lleva a la otra, empecé a hacer alguito más de ejercicio: 3 vueltas al parque en lugar de 2, tratar de hacer una vuelta más rápido que la otra, empezar a competir con los amigos en las rutas de la bicicleta, hacerlas más largas, más difíciles, en fín entré en un círculo virtuoso. Pero...Competir? no estaba en mis planes. Creía que la gente que corría maratones, eran todos deportistas consumados, que los triatletas eran una especie de super dotados, y no tenía la más mínima idea de tiempos, distancias, velocidades, ritmos, etc. Si alguna vez en alguna conversación surgía el tema de una carrera, me daba lo mismo que alguien dijera que hizo una carrera de 5 k y otro se refiriera a una de 21 k, por ejemplo. En fín, me gustaba hacer ejercicio, pero lo de las carreras era otra cosa. No creía que eran para mí, aparte de eso ya tenía más de 35 años y suponía que las carreras eran para chamos.

Entonces, CAVN organiza una carrera de 12K, por su no sé cuantos aniversario. Yo no le paro por supuesto. Dije que tal vez iba a verla, mas que todo por compartir con el personal que estaba de fiesta.

El sábado anterior a la carrera, estando en el parque, me consigo con Jaime, uno de los empleados de CAVN que estaba también terminando de trotar. Sabia que él habia corrido varios triatlones, así que ya saben la idea que tenía de su persona. Me pregunta si me inscribí en la carrera, y al saber que no, me reprocha y me dice que lo debería haber hecho pues me ve condiciones. Yo pienso que, total igualito ya las inscripciones están cerradas, pero resulta que este era uno de los organizadores de la vaina y me dice que me va a inscribir , en la categoría EMPLEADOS. Me dice que de una vez vayamos a retirar el número y la franelilla, y en su mismo carro nos vamos. Me pone al tanto de de la ruta, y me dá algunos tips. Me entero que en esa categoría nada más estaremos 5 , y me dice que trate de ir siguiéndole el paso al que él consideraba era el más debil de los otros cuatro. Obviamente se consideraba ganador seguro.

Con tremendo rollo en mi cabeza, casi ni pude dormir. Será que tengo que ponerme obligatoriamente esa franelilla que me queda grande?... Me pedirán la cédula al empezar la carrera?... Si llego a pararme en algún momento estará a mi lado un comisario descalificándome y haciéndome pasar pena? Y si todos me dejan atrás y tomo otro camino distinto a la ruta?, Me perderé?...y si me dan ganas de ir al baño?..En fin esas y otras preguntas acudian en tropel a mi pensamiento.

Llegó el domingo y tal como me recomendó Jaime estuve una hora antes de la partida. Menos mal que era en la sede de la empresa y había baños disponibles por todo lado. Los tuve que usar 2 veces. Entre los 5 competidores estaba Faustino, un muchacho con el cual había subido unas cuantas veces a La Julia y al Mirador, y que puestos a competir yo le había ganado algunas veces. Así que ya tenía por lo menos un parámetro por el cual guiarme. Según Jaime, Faustino podia ser el tercero en la categoría.

Partida. Me quedo alelado al ver lo duro que salen todos. No habían muchos corredores, tal vez unos 200. Salgo tal como empezaba mis trotes en el parque: bastante lento, pero subiendo paulatinamente el ritmo hasta alcanzar mi "velocidad de crucero". La ruta era saliendo de la sede de CAVN en la Rómulo Gallegos a la altura de Los Ruices, Fco. de Miranda hasta Chacaito, Las Mercedes, Chuao, Rio de Janeiro, salida hacia Caurimare, vuelta en U a la altura de la clínica que esta por ahí, principal de los Ruices y llegada a la sede.

Después de arrancar, no veo a ninguno de mis competidores, supongo que todos están bastante adelante. No me preocupo, no tengo ningún objetivo, tal vez llegar a la meta. Veo que hay gente que trota a mi lado al mismo ritmo que yo y parecen de lo más felices. A la altura de Parque Cristal creo que ya alcancé mi velocidad de crucero y ahí debo mantenerme. Sigo pasando gente y me preocupa pensar que tal vez estoy muy rápido, pero me siento cómodo y sigo. Llegando a torre Europa me sorprende ver justo delante mío al que supuestamente debía ser cuarto. Va super lento, creo que ya estaba fundido, lo saludo y lo paso. Que bién, estoy cuarto. Apenas estoy procesando ese pensamiento y... zas le veo la espalda a Faustino. También va más lento que yo, me dice algo de unas ampollas, los zapatos y no se que más. Me le voy, pero sin apretar, al mismo ritmo con el cual vengo desde atras. Coño, estoy tercero, y ahora?... tengo que subir al podio?...el super tímido que siempre fuí verse ahora expuesto a ese poco de gente, que de paso son todos o la mayoría conocidos, casi compañeros de trabajo....que vaina. Pero ni modo que empiece a quedarme, si estoy bien, me siento bien. Y así, sumido en mis cavilaciones, casi sin darme cuenta llego a la salida de Caurimare y me parece que esa subida va a acabar conmigo, pero menos mal es corta. Vuelta en U y a bajar. Alguien dice que faltan menos de 2 k y empiezo a tener la certeza de que sí llegaré a la meta y que sí estoy tercero y que sí subiré a ese temido podio. Paso sobre la autopista y empieza la subida. Seguí al mismo ritmo, sorprendido de ver que aún subiendo podía mantenerlo. Ya se vé el elevado de Los Ruices en la Fco. de Miranda, ya sólo faltan como 5 cuadras para la meta y de pronto veo unos 4 metros delante mio la espalda de Jaime. Va casi al mismo ritmo mio, me le voy acercando con cada paso. Pasamos casi juntos por debajo del elevado. Pienso: qué lástima con el pana, está segundo, pues como yo no ví al que supuestamente iba a ser segundo, seguramente está más adelante. Me emparejo con Jaime y hablamos. Se sorprende de verme y me dice que él va de primero. Seguro por estar pensando en pajaritos preñados pasé al supuesto segundo y no me dí cuenta. El comienza a apretar un poco el paso y me dice - dale Luis-. Pienso que no podré pero lo hago y sigo su paso pisándole los talones. Pasamos así la Rómulo y queda subir una cuadra corta, girar y a 30 metros la meta. A mitad de la cuadra subiendo Jaime me dice - dale con todo- y comienza su remate. Yo lo sigo y al dar la curva lo paso y llego a la meta primero.




Tiempo: 1H flat. Posición: 1° categoría empleados. Premiación: trofeo, bolso deportivo y 10.000 Bs. de los viejos.

Conclusión: Puedo competir en carreras, no estoy viejo para eso, hay categorías para todos.

Consecuencias: Empecé a entrenar. En forma autodidacta. Mi guía: La revista Runner's World. Empecé a sacarle el cuerpo a las farras, rochelas y fiestas: "Mañana tengo competencia", o "me comprometí con unos amigos a salir a entrenar temprano", o a veces entrenaba 2 veces en el dia y que ganas quedan de rumbear?.

Esa carrera no se volvió a hacer más nunca, la CAVN no existe hace mucho tiempo y casi no tengo recuerdos de élla, pero este sí que vale la pena. Me cambió la vida.