miércoles, 16 de diciembre de 2009

Mi Maratón Navidad

(Para ver las imágenes más grandes hacer click sobre éllas)

Ruta del Maratón Navidad. Esta vez hecha completamente a pie, y con cada km. demarcado. La flecha es el inicio y el punto la llegada. (datos obtenidos por un Garmin FR405) (imagen tomada de SportTracks)

Eran las 4:30 a.m. y abrí los ojos al sonido del despertador, y al desactivarlo empecé a repasar mentalmente lo que debía hacer: ir al baño, preparar un sandwich pequeño y ligero, comérmelo, tomar un vaso de agua, vestirme para la carrera, llevar un bolsito para guardar la ligera chaqueta con la que pensaba abrigarme hasta el momento de la largada, y dejarlo en el guardaropas, llevar una botella de Gatorade porsia..........

5:55 a.m. : Vuelvo a abrir los ojos y al ver el reloj : ¡COOOOÑO!!!  me perdí la carrera!!!.Rabia, frustración e impotencia.  Pero de inmediato recapacité y recordé que toda carrera es para mí algo muy personal, no compito con nadie sino conmigo, así pues haría MI carrera, MI maratón, y entonces me vestí con lo que me pareció más apropiado en ese momento y salí volando. Apenas sí logre agarrar los lentes de sol que los tenía a la vista y un par de conservitas de plátano.

6:15 a.m. : Estoy llegando al arco de salida ya trotandito desde unos 200 metros antes. Veo que ya están recogiendo el aparataje instalado, y de hecho ya no está la alfombra, pero el arco está en pie aún y al pasar por debajo activo mi cronómetro que será el que me dará mi tiempo, pues consideré que oficialmente no había tomado la largada.  Pregunté a alguna gente que estaba por allí y me dijeron que la carrera había arrancado exactamente hacía 15 minutos.  Así pues me dispuse a hacer la ruta en solitario por lo menos los primeros kilómetros.  Estimé que podía hacer contacto con los últimos alrededor del kilómetro 5 ó 6, en La Urbina.

Empecé a disfrutar de la ruta que la tenía para mí solo, aún estaban los voluntarios que dirigían el tráfico. El primer km. lo hice en 6', un poquito más rápido de lo que pensaba. Entre el km. 2 y el 3 debía encontrar un ritmo que me fuera cómodo. Después del elevado de los Ruices ayudado por la gravedad empecé a acelerar un poquito haciendo 5'46'' el km. 2  y  5 30 el km. 3.  Cerca de ese punto estaba el primer punto de hidratación, ya levantando sus macundales, pero me vieron y me ofrecieron agua.  Al ver el tamaño de los chupis agarré sólo uno y seguí. Casi al pasar Lebrún pasé al corredor que era penúltimo hasta ese momento (el último era yo), un señor que caminaba unos pasos y trotaba otros pocos,  como 100 metros delante pasé una pareja que en ese momento iban trotando muy lentamente, y ahí me encontré en el medio del caos que se formó en el cruce de la Francisco Miranda y la Ppal. de La Urbina.  Toreando autobuses, motorizados, carretilleros y peatones logré empalmar la subida de la Urbina y ya tuve a la vista la ambulancia.  Mientras tanto el km. 4 lo había hecho en 5'36'' y el km.5 en 5'31''.  Pensé que tal vez iba un poco más rápido de lo que debía (pensaba 5'50'' al comienzo), pero me sentía muy fresco y cómodo.  Como sea la subida me daría un mejor indicador del esfuerzo realizado. Pasé el segundo punto de hidratación y sólo había algunos cubitos de hielo sobre la mesa.

Encaré la Rómulo Gallegos sin que la primera parte de la subida me haya molestado, y con muy buen ánimo seguí pasando y pasando gente y así llegué al tercer punto de hidratación donde tampoco había agua, y aúnque en ese momento todavía tenía parte del primer chupi obtenido, empecé a preocuparme:  Si la cosa iba a ser así en el resto de la ruta, estaba frito, pero aún quedaba el plan B: Mi hija iba a hacer la ruta en bicicleta a partir de Chacao, llevando con élla agua y gatorade.  Tranquilidad por una parte, pero también indignación.  Por detrás mío había ya bastante gente.  Como iban a hacer éllos?.  Mi reloj me marcó el km. 10 en 57'.  Había hecho 5'59'' para el km. 6, 5'56'' para el 7, 5'41'' para el 8, 5'45'' para el 9 y 5'35'' para el 10.

Ahora venía la parte de la Miranda que parece que es bajada hasta Chacaíto. Al pasar por Altamira, alguien me dió otro chupi y tratando de mantener un paso conservador, sin dejarme llevar por las ganas de correr más duro llegué a Chacaíto, kilómetro 14.  Los kilómetros  11,12,13,14 los hice en 5'39'', 5'30'', 5'27'' y 5'22''.  Supuestamente debía haber un punto de Powerade.  No lo veía aún y renació la preocupación, más aún al no haber visto a mi hija que, más tarde lo supe, tuvo algún contratiempo con la bici.  Felizmente, bajo el elevado de Las Mercedes, estaba el punto de Powerade y pude tomarme 2 vasitos.  Creo que tenían suficiente provisión y espero haya sido así por la gente que venía detrás.

En la parte de Colinas de Bello Monte seguí en la misma tónica, pasando y pasando gente.  Justo al doblar hacia las Mercedes mi reloj marcó el kilómetro 18, habiendo empleado en  el km. 15   5'16'',  en el 16 5'35'', en el 17 5'41'' y en el 18 5.57''.  Por lo visto algo de cansancio me había pegado que bajé el ritmo.  Pero apenas era el pimer round.  Por fin apareció mi hija dándome ánimo y ofreciéndome agua y Gatorade, que por los momentos no me hacía falta. Gracias.

Pasando por el km. 17 aproximado, en colinas de bello Monte




Justo después de la pancarta del k.21. Saludando a la fotógrafo Gigi, mi hija, apoyo invalorable.

Entre Las Mercedes y Chuao(km. 21) retomé un buen ritmo haciendo 5'28'' para el km. 19, 5'43'' para el 20 (está la subidita del Eurobuilding)  y 5'14'' para el 21, donde mi reloj marcó 1h58'. Me pareció muy bueno, pero ahora venía la parte tal vez más temida: La subida del cafetal.  Sabía que debía tomarmela con calma y bajar el ritmo al primer síntoma de que la cosa se pusiera anaeróbica.  Empecé a ver los primeros acalambrados, alguien que vomitaba, algunos caminando y obviamente todos cansados.  Llegué a Plaza Las Américas con buenas sensaciones, me pareció haber hecho lo justo:  km 22 en 5'41'', km 23 en 5'53'' y km 24 en 5'41''.  el km. 25 es mitad subiendo y mitad bajando.  Lo hice en 5'31''.
                                                                                      
                  

En plena bajada del Boulevard del Cafetal (km. 26 aproximado)


Seguía bajando.  Esa NO es la ambulancia de la carrera

Ahora venía la parte de bajada y había que recuperar lo perdido en la subida, por supuesto siempre que quedaran fuerzas y, en ese caso, sin volverse loco. El km 26 me requirió 4'59'', el 27 bajé un poquito y fueron 5'09'', el 28 lo hice en 5'22'' y el 29, ya en la Rio de Janeiro en 5'35''. A estas alturas empecé a sentir el esfuerzo en los cuadriceps y las primeras molestias de una ampolla en el pie izquierdo. Felizmente en todo el  trayecto  de la Río de Janeiro habían varios grupos de distintos clubes de corredores que animaban, ofrecían bebidas, caramelos y hasta chocolate me dieron.

Ya cerca del final de la Río de Janeiro, ví que por la via contraria ya retornando venían Félix y Mayde.  Los saludé y calculé que les había descontado 10 minutos, lo que al final fué cierto con respecto a Mayde, mas no con Félix, que se quedó en los kilómetros finales y lo pasé en la subida del Rosal.

Se aproximaba ya la máxima distancia que había hecho en entrenamiento, que fueron 33 km. Más allá de eso, la incertidumbre me aguardaba. Al llegar al punto de retorno en la Río de Janeiro, mi reloj marcó el km. 32.  El km. 30 lo había hecho en5'49'', el 31 en 5'29'' y el 32 en 5'44''. Aún me conservaba con fuerza.


Final de la bajada del Cafetal. Justo pasando la pancarta del km. 27


En plena Rio de Janeiro con el Avila de fondo. K.29 aproximado


Ya pasé el k. 30 y me aproximo al puesto de Soy Maratonista.com.  Muchas gracias a ellos.


Félix y Mayde retornando por la Río de Janeiro. Todavía juntos



Mayde arrancó y dejó a Félix, que dura!!

Retorno por la Rio de Janeiro: km. 33 en 5'37'', km. 34 en 5'58'' y ya parecía que se me iba acabando la gasolina.  Km. 35 en 6'33'' y pensé que definitivamente me estrellé contra mi muro, pero, de pronto, empiezo a escuchar que me gritan y me animan y cuando veo está un grupo de sobrinos con mi hija, animándome incluso con pancartas. Por supuesto, parte del público que estaba allí se unió al bullicio y formaron una pequeña fiesta a mi paso.  Dios mio...Resucité! Pude hacer el km 36 en 5'41'', pero el 37 volví a caer a 6'14'' (claro, también ahí está la subida de Rescarven, donde caminé unos 10 pasos).  Ya para ese momento empecé a desear fervientemente llegar, como sea, sólo llegar. Jamás se me hizo tan largo el tramo de Las Mercedes.  el km. 38 me tomó 6'12'' y el 39, con la subida del rosal en el medio me tomó 6'33''.  Quedaba la última subidita hacia la Francisco de Miranda y estaba listo.

Pasando por Farmatodo de Las Mercedes, casi sin fuerzas. Llegar...sólo llegar


Hacia el km. 40, ya en Chacao, estaba comenzando a apurar un poquito acicateado por la proximidad de la meta, cuando un tirón en la parte posterior del muslo derecho casi me tumba al suelo del dolor.  El temido calambre se hacia presente  y me ví obligado a detenerme por algunos segundos, darme golpes, frotarme, estirar y finalmente superando el dolor empezar a caminar poco a poco y a trotar luego muy lentamente, cuando ya tenía a la vista el arco de llegada. Los últimos metros me animé a trotar un poquito más rápido y finalmente cruzar la línea de llegada en 3h 55'07'' según mi reloj , cuando justamente el de la llegada marcaba4h 10'.


Parte de mi barra particular, cuyo aliento fué invalorable en el momento que más lo necesitaba. Gracias totales


Con Félix y Mayde en la llegada

Lo extraño es que la distancia marcada por mi reloj fué de 40.93 km. Me faltaron como 1200 metros. No sé que pensar.  Quisiera creer que la distancia medida por la organización es la correcta, quiero pensar que hice un maratón ( 42,195 km.) en menos de 4 horas, sin embargo me quedaré con la duda.

Al consultar los resultados ví que sí me habian puesto tiempo oficial: 4h. 10' 09''.  Puesto 13 en mi categoría.  Pero si descontamos los 15' de retraso en la salida, realmente me correspondería el puesto 8.  Creo que puedo darme por satisfecho.  A pesar de todas las complicaciones previas a la carrera, el resultado fue bueno, lo cual me anima a seguir en estas lides. 

Finalmente, a pesar de todas las fallas, quiero felicitar a Fundemeca por haberse atrevido.  No era nada fácil levantar el muerto que era el Maratón de Caracas, y éllos se atrevieron a hacerlo en poco tiempo.  De no haberlo hecho, no hubieramos tenido maratón, tan sencillo como eso. Ahora tienen un año para evaluar lo bueno y lo malo que se haya hecho, corregir lo malo, mejorar lo bueno, y ofrecernos el 2010 el Maratón que se merece Caracas. 

Evolución de mi carrera kilómetro a kilómetro, con el paso en min./km. (datos del Garmin FR405, imagen de SportTracks)


jueves, 3 de diciembre de 2009

RUTA COMPLICADA (hacia el maratón Navidad 2009)

Ya a comienzo del año me había planteado como reto volver a correr la distancia de 42K. En un principio pensaba entrenar los primeros 3 o 4 meses del año con vista a un hipotético maratón llamado 42K en la ciudad y que se iba a llevar a cabo en Abril o Mayo.  Este fue postergado y después definitivamente cancelado, por lo que tuvo que aparecer FUNDEMECA y rescatar la organización de la única prueba en esta distancia que se hace en Venezuela.

Si bien durante gran parte del 2007 y todo el 2008 había estado sistemáticamente entrenando y haciendo carreras , lo máximo que había corrido eran 21K en asfalto, en 3 oportunidades, y la carrera Hebraica (24K) en montaña.  Esta carrera considero yo, es tan dura como puede ser un maratón, aúnque como es bien sabido, la montaña y el asfalto tienen, cada una, sus propias exigencias.

Si bien terminé la Hebraica en un tiempo más o menos acorde a mis espectativas (4h 6') sentí que me faltó entrenamiento.  Esa sensación de que terminaste más por terco que por estar en buena forma, esos amagos de calambres, ese sentimiento en algún punto de la bajada de Duarte de que no puedes dar un paso más, esas intensas agujetas post carrera, no eran sino confirmación de aquello: No llegué suficientemente entrenado a esa carrera.

Así pues, la decisión de correr 42K, debía ir aparejada con la planificación adecuada (16 semanas me había planteado).  Cuando ya en Febrero anunciaron la suspensión, no quedó sino "engavetar" los planes.  Mientras tanto, el año había empezado muy promisorio con un buen tiempo en la Avila Race, muy buenas sensaciones en el Ecotreking del Jarillo, un podio en la primera válida del circuito Gatorade de carreras de montaña y por fin, poder cumplir un viejo anhelo: Hacer el treking del Roraima.

Y justamente en ese treking aparece lo que viene a marcar un punto de inflexión en mi actividad deportiva:  Esguince en el tobillo, agravado por tener que caminar 30K lesionado, casi 4 meses de inactividad, pérdida de condiciones, lenta recuperación, desmotivación.

Digo que es un punto de inflexión porque a 8 meses de aquéllo, veo que los antecedentes previos a ese momento ya no son valederos, que es casi como empezar de nuevo.  Me explico: Si antes mis tiempos en 10K rondaban los 45' ya eso no va más.  Corrí la Caracas rock en 53' y la Nike en 51' largos.  Así pues debo adecuar mis espectativas a esta realidad. Aún no me he probado en 21K, pero me imagino que ni soñar con la 1h 44' que estaba haciendo casi con precisión cronométrica.  Supongo que debo conformarme con alguito menos de 2 horas.

Con todo y eso, aquélla idea de los 42K salió nuevamente a flote, y ya con fecha fija "planifiqué" un entrenamiento de 12 semanas.  Las comillas son porque en realidad todo mi plan consistía en hacer 3 sesiones semanales de carrera: una de intervalos (más bien largos, desde 800 m a 2000 m.), otra de Tempo (tratando de encontrar el ritmo apropiado para mi) y otra de carreras largas (incrementando progresivamente las distancias).  Esto sin mucha precisión de dias ni horas, sujeto a las exigencias del trabajo y condicionado por las ganas o no de entrenar. 

El plan empezó más o menos bien, con constancia y con buen feeling, pero justamente por la semana 5 empecé a sentirme muy decaído, sin ganas y a veces hasta con fiebres intermitentes.  Aúnque obviamente ya el plan empezó a no cumplirse, no le paré mucho al malestar pensando que debia ser una de esas gripes que así como vienen se van.  Total que entre dias malos, otros peores, un diagnóstico de malaria (que no quise creer, pero que sin embargo me mediqué homeopáticamente para tal), se perdieron 2 semanas de entrenamiento.  Del Plan, pues, quedaba muy poco.  Ya de por sí muy ajustado, ahora se veía reducido a unas 6 semanas.

El énfasis debía ser puesto en hacer los largos.  Me pareció buena idea hacer los 19K del Reto de las Arenas (finalmente fueron un poco más de 17K), el 25/10.  Me fué bien: Segundo lugar mayores de 50 y un ritmo aceptable de 6'/K.  El 01/11 corrí 14K a ritmo 5'50''.  El 08/11 corrí la Nike.  El 15/11 me puse de acuerdo con Félix y Mayde para hacer 25K en Parque del Este.  El ritmo planteado iba a ser 5'50'' y así arrancamos, con Félix marcando el paso.  Me costó mucho al comienzo, pues acostumbro empezar muuuy lento, digamos que mi motor tarda en calentar, pero ya para el K3 estaba en ritmo y cómodo.  Por el K11 decidí que iba a apretar un poco por unos 5K para ir probando algo que suelo hacer en carreras: Apurar como por la mitad y luego terminar con lo justo. Logré hacerlo por los 5K planteados, pero después no pude ni siquiera seguir al ritmo anterior y ya en el 20 francamente había bajado demasiado.  Hice 2K más a un ritmo lamentable de casi 7' y eso fue todo.  Aprendí que NO debo entusiasmarme con cambios de ritmo a mitad de carrera, me puede costar muy caro, y por supuesto algo que ya sabía: Debo empezar a mi propio ritmo.

Siguiendo con la progresión de los largos, el Domingo 22/11 decidí que iba a hacer aproximadamente 30K.  En este caso los últimos 30 de la carrera como tal, es decir, iba a hacer hacer la ruta exacta de la carrera a partir de Chacao. Para simular mejor todavía decidí arrancar a las 7 a.m. , que es la hora aproximada en la que yo estimo estaré en este punto. En anterior medición mia a la altura de Chacao me dieron 12,5K, por lo tanto el recorrido debia ser de unos 29,5K.  El problema era la hidratación, así que me tocó cargar con todo lo que iba a beber: Casi 1 lt. de agua y 1/2 lt. de Gatorade, además de un par de conservitas de guayaba. Empecé a un ritmo muy lento, de casi 7' pero poco a poco mejorando hasta que ya por la principal de Colinas iba unos 10'' por debajo de 6'.  Así llegué hasta el comienzo de la subida del cafetal, y bajé un poquito, para después subirlo nuevamente en la bajada y conservarlo así casi hasta Aerocav en la Rio de Janeiro.  Por ahí baje un poco para comerme una de las conservitas y afrontar la subida del Llanito. En esa tónica seguí en el retorno por la Riode Janeiro, donde ya a la altura de Chuao empecé a sentir el castigo del sol en la espalda.  Sin embargo llegué bien a Las Mercedes, no sin antes sufrir un poco en la subida de Rescarven.  Cuando pasé por debajo del elevado hacia el Rosal llevaba casi 27K y se presentó la primera subida, que quise pasarla apurando. Para que lo hice?... cuando tuve que afrontar la subida de Centro Lido no tuve fuerzas y tuve que caminar. Estando cerca de casa....porque no dar por concluída la sesión?...pues NO. Un trago más de Gatorade (el último) y a concluir lo empezado.  A buen ritmo recorrí el tramo hasta la Plaza altamira y terminé en 2h 57' a un ritmo promedio de 6' 02''.

De esta sesión me queda haber sentido en directo lo duro que es la subida del cafetal.  No por el grado de pendiente, sino por lo larga.  Yo la afronté con apenas 9K encima, y el dia de la carrera habrá que hacerlo con 21 encima.  Lo otro es que debo tomarme con mucha calma 3 subidas en particular: la de Rescarven, la que sube al Rosal y la de centro Lido.  Bajar el ritmo y de ser necesario caminar.

Y finalmente, aúnque muchos piensan que el largo más largo debe hacerse 3 semanas antes de la carrera, yo decidí hacer un largo más, esta vez sin procuparme mucho de la distancia sino enfocado en el tiempo: correr mínimo 3h 15'.  Elegí la Cota Mil por varias razones: No quería tener la preocupación del tráfico, me permitía afrontar variedad de pendientes y es un escenario que me gusta.

Así pues empecé en la bomba de San Ignacio subiendo, y terminé en el mismo punto, bajando. Al llegar a la Cota seguí hacia San Bernardino y llegué casi hasta el final (o el comienzo?).  Me devolví  hasta la Urbina, otra media vuelta hacia el Oeste hasta el monumento a boyacá, nuevo giro de 180° y a empalmar con la principal de la Castellana bajando, que la hice más bien frenando, sin dejarme llevar por la gravedad.

Fueron en total 3h 16' para 32.9 K a un ritmo promedio de 6' 01''.  Me pareció bueno dadas las condiciones de la ruta y también las del clima, muy caluroso por la hora , pues empecé como a las 8:30.

En general las sensaciones fueron buenas, y esta vez sí, ese será el último largo previo a la carrera.  Lástima que no hice otro más de unos 36K, pues según mi experiencia en anteriores maratones, el último de los cuales lo corrí hace 13 años, para mí aquella famosa "pared" se me presenta alrededor del kilómetro 34.  Pero esos eran otros tiempos, en los que aspiraba bajar de 3h 20'.  Esta vez, dadas mis actuales condiciones, y por lo visto en cancha aspirar a 4h 10' parece un buen objetivo y voy a por él.  En todo caso trataré de no preocuparme por el cronómetro sino por culminar el recorrido.

Nos vemos pués en la salida del Parque y, espero, en la llegada en Altamira.  Unos compartiendo transpiración y esfuerzo y otros dando su palabra de aliento, tan importante en estos casos.

domingo, 1 de noviembre de 2009

Hebraica de montaña: Algunas fotos

En esta ocasión no me sentí preparado para correr esta emblemática prueba, así que para no quedar absolutamente al margen de élla, decidí tirármelas de fotógrafo, y elegí como escenario las cercanías de la casita del guardaparques del Estribo de Duarte.  Justo donde se termina de bajar la pica y hay una corta subida para llegar a dicha casita.

Para no dejar de entrenar, salí trotandito de Chacao, subí toda la principal de La Castellana, llegué a la Cota Mil y seguí hacia El Marqués.  Cuando llevaba 50' estaba llegando casi al final de la Cota, me devolví y subí al puesto de guardaparques.  Total: 1h 12' de entrenamiento.  Dándome por satisfecho, me instalé en el sitio, y como lo había calculado, a los 10' empecé a ver a Lubin Arocha bajando por la pica.  Empecé a tomar las fotos, que las podrán encontrar en mi album Hebraica 2009.

Felicitaciones a todos los que participaron en esta durísima prueba. Me ví reflejado en varios de éllos que bajaban la pica casi a rastras y pasaban a mi lado con el cansancio reflejado en sus rostros.

miércoles, 28 de octubre de 2009

Arenita, playita


El Domingo 25/10 corrí la así llamada "Reto de las Arenas", que se llevó a cabo desde Playa Pintada hasta Bosque Mar, en las costas del estado Miranda. Junto con mi amigo El Negro y su novia optamos por el transporte de la organización, que debía salir a las 6 a.m. de Altamira. Salimos casi 40 minutos tarde, todo por esperar a una pareja que se retrasó. Tuvimos un par de paradas en la ruta, creo para recoger gente de la organización. Total que llegamos a Playa Pintada como a las 9:20, y mientras se realizaba el proceso de chequeo y otros detalles, la carrera vino arrancando a las 10:45. En fin, ya ese retraso yo lo tenia calculado, por anteriores experiencias con esta misma organización.

Apartando ese detalle, el sitio me pareció magnífico. La playa en sí, y como punto de partida para la carrera: estacionamiento amplio, sitios con sombra y donde sentarse, baños y un pequeño restaurant. Siempre que el volumen de participantes no sea grande, resulta perfecto.




Para mí, igual que para la mayoría de los participantes, lo que venía iba a ser una experiencia inédita: Correr 19 km por una playa ininterrumpida. Desde el arranque decidí hacerlo muy conservadoramente, a tal extremo que entre esa decisión y poner en marcha el Garmin, que por alguna razón no me respondía me ví por detrás de todos. Cuando por fín arrancó el aparatico y levanté la cabeza los más próximos corredores estaban como 5 metros por delante. Trotandillo empecé a pasar gente, aúnque que no era fácil, ya que para hacerlo, o había que meterse un poco hacia el agua, o salir de la línea de arena húmeda y meterse en la seca y suelta. Tratando de mantener secos los zapatos seguí siempre pasando gente, y disfrutando del paisaje, constante en toda la ruta: a mi derecha agua hasta el infinito, al frente arena hasta donde la bruma ya no permitía ver, y a mi izquierda vegetación baja mayormente y en algunos sectores  las típicas palmeras de esta zona.



Supuestamente debian haber 3 puntos de hidratación (con sólo agua decía el boletín de la organización) en los kilómetros 6, 11 y 17. En efecto en el km. 6 ó cerca estaba uno de éllos: un muchacho sosteniendo un pipote de esos que tienen un dispensador de presión (también estábamos advertidos que ni chupis ni botellitas, dijeron que era obligatorio que uno llevara su envase, lo que me parece bién). Me detuve sólo para recibir un poco de agua en las manos y mojarme la cara, ya que llevaba más de un litro de agua en el Camelback.


A estas alturas de la carrera, había logrado un ritmo aceptable, constante y me sentía cómodo. Me ayudó mucho emparejarme con una chica, que digo vale, descaradamente lo que hice fué chupar rueda casi desde el k4 hasta el 9. Como por el 10 le hablé y le dije que a ese ritmo podiamos bajar de las 2 horas. Me dijo que había que tratar de conservarlo. No hablamos más, venía como concentrada en su ipod. Decidí que iba a jalar yo hasta el próximo punto de hidratación, supuestamente en el k11, y a partir de ahí iba a apretar un poquitín por unos 3k, a fín de ganar algún lugar más, lo que cada vez se hacía más esporádico.


Así pues pasé adelante con un pequeño jalón pero mantuve el ritmo y así seguimos. Si había algún punto de hidratación no me dí cuenta. Creo que no lo había. Tal vez pudo haber sido allí donde ví un par de muchachos, pero un poco alejados de la playa. Mi reloj me marcó el K11, y tal como lo pensé empecé a apurar un poquito. La chica no me siguió. Lástima, creo que élla podía, se veia fresca, aúnque no hubiera ganado ningún lugar en la final, pués llegó segunda entre las mujeres y la que llego primera me sacó casi 10 minutos. A buen ritmo pase por el k13, y empecé a divisar alguién que venía en dirección contraria. Era Ram Maniram (uno de los más duros corredores de aventura del pais), que había hecho la ruta más temprano ( pues el fungía en esta ocasión como "Director de Ruta"), para verificarla y se devolvía al punto de partida así como quién se da un paseillo. Me dijo que a 1 km estaba un punto con agua y Red Bull. Como ya llevaba casi hora y media de carrera, la sola mención del Red Bull, me hizo agua la boca y me puse atento. En efecto en el k15 estaban un par de muchachos con el pipote de agua y las latas deseadas. Lo malo es que para recibir mi codiciada bebida tuve que salir de la arena húmeda y caminar por la seca y suelta. Perdí el ritmo, pero tenía "lo que da alas". Me hizo bien beberme eso pero ya no pude volver al ritmo que traia. Supuestamente faltaban 4k y pensé que si podia mantenerme en alrededor de 6 min/k estaba bién, pués por detrás no veía a nadie cerca y por delante los 2 que podía ver estaban bastante lejos y llevaban buen ritmo. En esas estaba cuando ví otro corredor que se devolvía. Era Reyes Aldana (otro de los duros en carreras de aventura), que ya había finalizado y se devolvía para buscar a su hija y acompañarla en el tramo final, así, como si nada. Me sorprendió cuando me dijo que nada más faltaba 1k. Ví mi reloj y apenas marcaba 16,3 K., pero coño, Reyes no se va a pelar con las distancias, así pués le creí y sin mayor apuro hice el kilómetro final llegando en un tiempo de 1h 45m. Y siempre según mi reloj la distancia fué 17,34 km. Esta vez se pelaron por mucho más de 1 km. pero en defecto. En el Ecotrekking del Jarillo fue al revés. Que cosa no?



Después de la llegada, a esperar al pana, que llegó como en 2h 40m y el retorno al punto de partida en los autobuses de la organización. Al llegar, a tomar algo bién frio, un chapuzón de agua salada y la refrescante ducha al aire libre.

Llegado el momento de anunciar los ganadores, y la entrega de trofeos, el organizador anuncia que llamará a los premiados, pero que... ¡¡¡no tiene los nombres!!!...y los llamará por numero. Es que no tenian un simple listado de números y nombres? ..Por Dios. Pero bueno, lo mejor, para mi, estaba por llegar: Anuncian los premiados y un servidor queda segundo en los mayores de 50, por detrás del archiconocido Daniel Bethancourt (Iguano). Menos mal que yo no había botado el número, como habitualmente hago al terminar apenas la carrera, más que nada porque no ví algun basurero, ya que, como también normalmente ocurre no sabia con que número había corrido. En fin, un podio absolutamente inesperado, pero que no me engaña . Realmente no participó ninguno de los más duros de la categoría, pero eso tampoco es mi culpa no?


Una última cosa que criticar, es que primero, no hubo algo de comer en la llegada, o tal vez yo no me percaté ocupado en otras cosas, y segundo, que el restaurancito no pudo satisfacer la demanda de todos los que quisimos comer algo. A duras penas y tras larga espera obtuvimos una sopa (bien buena por cierto), pero el pescado pedido no llegó jamás. Creo que detalles como ese deben ser previstos por los organizadores. Todos estábamos despiertos desde la madrugada y el evento aún no había terminado a las 4 pm. Quién aguanta sin comer tantas horas? Deben pensar en eso.


Lo positivo: Haber descubierto para los corredores este escenario tan bello. Por lo menos para mí fué una experiencia maravillosa, y conste que más bien soy poco amigo de la playa y prefiero la montaña. Como me gusta decir: Soy un animal de tierra firme, pero tanta eclosión de luz y naturaleza no me puede dejar indiferente. Y creo que a nadie.

jueves, 1 de octubre de 2009

La Caracas Rock



Desde la primera vez que se realizó esta carrera me pareció una excelente idea la de juntar en un mismo evento carrera y música, rock más exactamente.

Como no me iba a parecer buena la idea si habitualmente eso es lo que hacía yo en cada entrenamiento. Siempre que salía a correr llevaba mi reproductor de música. Empecé con un Walkman y uno o dos cassetes con selecciones de música hechas por mí mismo, adecuadas a la ocasión. Luego con la llegada de los CD evolucioné a un discman, pero lo abandoné retornando al walkman, porque nunca conseguí un bicho de esos que no saltara al correr, y además eran más grandes e incómodos, y te limitabas a uno o 2 cds originales (todavía no era barato "quemar" uno mismo los cds). Dí un paso más en la evolución tecnológica con aquella maravilla que era el Minidisc, el cual me resistí a abandonar hasta no hace mucho, sucumbiendo a la fuerza arrolladora de los MP3 (cuyo representante emblemático es el Ipod).

Así pues, ver que dos de mis pasiones las ponian juntas fue algo genial. Y luego ver que llamaban a un concurso para el diseño del logo, que resultó espectacular. Ver la publicidad que le hacían a la carrera, la buena organización, el recorrido plano, ideal para hacer buenos tiempos (aclaro que en las primeras ediciones el recorrido no era el mismo de las 2 últimas, era casi integramente por la Rio de Janeiro), ver que cada año el número de inscritos establecía records, que cada vez habia más patrocinantes, me convenció de que esta carrera estaba llamada a ser la más importante del calendario venezolano.


A partir de la sexta edición vino a sumarse a los patrocinantes la famosa marca Adidas. Eso potenció aun más el deseo de participar de la gente (claro, sabemos que muchos lo hacen solo para tener una buena franela prácticamente regalada), lo que llevó a que no solamente se rompieran los records de participación sino del tiempo en que se agotan los cupos. El año pasado por ejemplo no me pude inscribir y tuve que hacerla por fuera.

Hasta llegar a esta octava edición con 12000 inscritos, lo que será un nuevo record. La ruta es la misma de las 2 ediciones anteriores, y no cabe duda que se siente super sabroso poner los pies en el asfalto de la Prados del Este, sin carros que molesten, sintiéndose dueño de esos espacios así sea por un ratico.

Para mí esta será la quinta vez que la corra, ya que no lo hice en las ediciones 3,4 y 5 (estaba bastante apartado de las competencias). Será también mi primera carrera desde el 29 de Marzo, cuando corrí la 1a. válida de montaña Gatorade. Más de 6 meses. Y en carreras de calle si mal no recuerdo la última que hice fué la Nike del año pasado. Además estuve casi 4 meses sin entrenar debido a una lesión en el tobillo. Así pues que debo esperar de esta carrera? Sé que la termino, a menos que algo extraño ocurra, pero en que tiempo? Creo que cualquier cosa por debajo de 55 m. será un buen tiempo. Lejos de los 46 que estaba haciendo el año pasado, pero eso es lo que hay. Y aparte de tiempos y rutas y records, está el hecho de que para esta carrera y también para la Nike, se inscribe prácticamente toda mi familia, lo que propicia el intercambio siempre grato con todos ellos.

Ojalá que la gente de Gatorade, Adidas e Hipereventos aprovecharan el renombre que ya tiene esta carrera para ir incrementando la distancia, hasta llegar a convertirla en un maratón, o por lo menos en un medio maratón (claro esto es porque a mí me gustan las distancias un poco más largas), que se podria hacer inclusive sin dejar de tener la distancia de 10k dentro del evento.

Nos veremos por ahí entonces, suerte a todos los participantes.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Ruta del Maraton de Caracas (Navidad 2009)

Este Domingo hice una parte del recorrido del maratón de Caracas. Apenas los primeros 12k, que sumados a los 2 que recorrí desde mi casa al parque del Este hacen 14 (alrededor de 1h 20'). Para muchos corredores esta sería una distancia de su rutina diaria, pero para mi, dadas mis condiciones actuales, constituye un "largo". Digamos que el primero de los que debo hacer como parte de mi preparación para el Maratón de Caracas, ahora llamado Navidad 2009 (muy cursi para mi gusto).

Pero bueno, como quedé así como picado se me ocurrió completar el recorrido pero en bicicleta, y así lo hice, sin reiniciar la sesión en el Garmin, con lo cual pude obtener las 2 imágenes que pego a continuación.




Hacer click en las imágenes para agrandarlas

A mi me da una distancia inferior. Casi 1 km inferior, pero viendo la ruta en la página asdeporte.com veo que interpreté mal la descripción de la ruta y al regresar por la Francisco de Miranda por el K13 de una vez agarré hacia las Mercedes, sin dar el rodeo por la calle detrás de Beco, con lo cual recorté unos 400m.

Como sea los gráficos dan una idea del kilometraje.

jueves, 24 de septiembre de 2009

Adios Pegasus

No recuerdo alguna razón por la cual los zapatos con los que empecé en esto del running fueron unos Nike Pegasus, de esto hará ya unos 21, 22 años. Seguramente me parecieron “bonitos” y eso fue suficiente. Lo que sí recuerdo es que los compré en el mercado Capitolio. En esa época los zapatos de correr estaban de moda para ser usados como zapato de calle y por supuesto en ese mercado se conseguía (y creo que todavía se consigue) los últimos modelos y a buenos precios.

Cuando llegó la hora de renovar esos primeros zapatos, volví a comprar el mismo modelo y luego a lo largo de todos estos años prácticamente Nike Pegasus fue mi zapato de correr. Excepto por unos Mizuno y por unos Huarache (también de la Nike) que una vez estuvieron de moda. Creo que tuve todas las versiones de los venerables (según la Runner’s World) Pegasus. La horma parecía hecha para mi pie y me gustaba la buena amortiguación y al mismo tiempo la estabilidad que proporcionaba.


Los Pegasus que quedan en mi armario. (Para que los guardo?)

En los primeros años no supe si el zapato era para pronador, neutro o supinador. Tampoco escuchaba hablar de eso entre los corredores. Y obviamente en las tiendas si mencionabas esas cosas te miraban como a bicho raro. Mucho después y siempre gracias a la Runner’s World (en esa época no existía Internet y menos Google),
supe que era para pisada neutra o pronador leve.

A comienzos de 2008, al comprar la última versión del Pegasus para ese momento (por lo menos la que se conseguía aquí) noté algún cambio: los sentí más duros, menos amortiguados, y ligeramente más elevados en la zona del arco del pie. Igual les dí rosca hasta sacarles la última zancada. A finales de ese mismo año me tocó hacerme de los últimos Pegasus que usé hasta no hace mucho. Las sensaciones percibidas en el modelo anterior, en este las hallé más marcadas aún. Menos mal que estuve más bién corriendo mucho en el cerro y así no los usé tan frecuentemente. Por esa misma razón, buscando un zapato de montaña llegué a los Trail Sensor de Asics, con los cuales me ha ido de maravilla, y como lógica consecuencia, llegado el momento de renovar los cauchos asfalteros, me decidí por los Nimbus de Asics, que en un par de salidas ya me demostraron sus bondades: amortiguación exquisita, buen agarre y le va muy bien a la forma de mi pie.


Mis flamantes Nimbus rumbo al Maratón de Caracas

Así pues, y no sin algo de dolor llegó la hora de decirle adios a las Pegasus. Gracias por todos los kilómetros que recorrimos juntos, pero que se va hacer, encontré algo mejor y con mis Nimbus espero como primer logro terminar en Diciembre un 42k después de 12 años sin intentarlo.

Pegasus ha muerto…viva Nimbus!

jueves, 17 de septiembre de 2009

Por que tuvo que morir Stief Larsson?


Los que saben quién es seguro se hacen la misma pregunta y los que no, seguro se preguntan: Y quien es ese tipo?.

Pues bueno Stieg Larsson es el escritor sueco creador de la saga de Milenium, una trilogia de novelas que me tuvieron atrapado en su trama creo que las últimas 5 o 6 semanas. No puedo decir que estas novelas estén bien escritas (quizás influya en esta percepción el uso de demasiadas españoladas en la traducción, cosa que realmente me desagrada), pero desde que empecé la primera página no pude dejar de pensar en que es lo que venia después, que más le iba a ocurrir a Lisbeth Salander, protagonista de la trama, encantadora muchacha con algún problema sicológico y tremenda hacker. Y a Mikael Blomkvist periodista, interesado en sacar a la luz pública y denunciar todo lo podrido que existe dentro de los círculos del poder, ya sea político, económico o de otra índole.

A lo largo de más de 2200 páginas, divididas en tres volúmenes, me fui metiendo en las aventuras de estos personajes de tal modo que el mínimo resquicio de tiempo libre lo aprovechaba para leer unas páginas más, mis estadias en el baño se hicieron inusualmente largas, prácticamente no ví televisión (la poca que normalmente veo), en fin estaba de cabeza sumergido en una Suecia distinta de la que uno tiene en mente: Llena de corrupción, sádicos asesinos, pederastas, medio donde Lisbeth y Mikael se dedican a desfacher entuertos al margen de las instituciones oficiales y a ejercer una forma de justicia bastante sui géneris (no lo hacen todos los superhéroes?).

Si quieren una crónica bien escrita con respecto a esta saga deben leer la que escribió Mario Vargas Llosa en este enlace

El hecho es que este señor Stief Larsson, una vez que escribió estos 3 volúmenes y nos dejó estos inolvidables personajes, sobre todo Lisbeth, en una situación nada definitiva o definitoria, tuvo la brillante ocurrencia de morirse sin siquiera ver ver su obra en las librerías, pues lo hizo poco después de entregar a la editorial el tercer volumen y poco antes de ver publicado el primero.

Y que pasará ahora con Lisbeth? que angustia...Por favor que alguien continúe la historia. No importa cuan inverosímiles sean las cosas que pasan, si saben enmarcarlas con todo ese cúmulo de datos y situaciones tan de la vida cotidiana, con las que Stief Larsson lo supo hacer, estoy dispuesto a hacerme cómplice del escritor y creer todo. Que sea pronto por favor.

domingo, 9 de agosto de 2009

Avila skyrace desde afuera

Hoy Domingo 09/08 se corrió la Avila Skyrace, carrera de montaña sobre 27 Km. en nuestra querida montaña caraqueña. Ya que no pude estar presente como competidor, por lo menos fui a ver pasar a los corredores y tomar algunas fotos, que comparto con todos.

Pueden verlas haciendo click aquí, o seleccionando el album Avila Skyrace en Mis Fotos en la columna izquierda

sábado, 4 de julio de 2009

Desde mi ventana






Ahí están esos edificios que me rodean, me encierran, me aprisionan. Es lo que veo por mi ventana. Lo del encierro es casi literal, pues debido a la lesión aún no me animo a salir a correr así sea al Parque del Este y menos al cerro. Si bajo la vista puedo ver el display donde alternativamente se van mostrando algunas cifras: TIME, SPEED, DIST, CAL . Y van apareciendo: 5:00, 9.5, 0.9, 18. No uso pulsómetro, pero siento que para apenas 5 minutos de estar montado en esta cosa tengo las pulsaciones muy altas, y lo que es peor: mis cuadriceps parecen estar haciendo esfuerzo. Como es posible que en apenas 10 semanas de inactividad física deportiva mis condiciones hayan mermado de tal forma? Compruebo que el teorema que dice “A mayor edad más rápidamente se pierde la aptitud física” es completamente cierto. Creo que en los últimos 20 años no había estado tanto tiempo sin hacer ejercicio, y por lo tanto aquel teorema no pudo tener demostración fehaciente, si bien debido a ocasionales paradas de 2 o incluso 3 semanas ya tenía indicios de que esto era así. Ahora bien, está la otra parte de ese teorema: “ A mayor edad más lentamente se recupera la aptitud física”. Esta parte, si bien creo que es cierta, también por haber tenido indicios previos, espero que no sea tan concluyente, o por lo menos no sea TAN lentamente. Inclusive hay un corolario que dice: “Después de cierta edad la pérdida de aptitud física es irreversible”. Debe ser cierto, pero espero que esa “cierta” edad no sean 55 o 56 años si no mucho más. Mientras más mejor.





15:00, 11.0, 2.8, 58. Levanto un poquito la vista y por sobre los edificios, algo de verde aparece. Sí, es el Avila, presencia eterna, indiferente a las vicisitudes de nosotros, pequeños seres que de vez en cuando nos atrevemos a hollar su grandeza y equivocadamente, a veces, pretendemos haberlo conquistado, sin darnos cuenta que el hecho de coronar un pico o 2 o 3 o 5, es apenas un tributo a la madre tierra, un acto de comunión con la naturaleza, y debido al esfuerzo un reconocimiento de nuestra pequeñez. Extrañamente percibo tener las pulsaciones más bajas que hace 10 minutos y ahora más bien parezco flotar sobre las plataformas de esta cosa. Tal vez sea la música, es que cualquiera se eleva a los 15 minutos de estar escuchando por los audífonos Shine on your crazy Diamond de Pink Floyd, o será que ya la droga empieza a surtir efecto. No piensen mal, es la droga natural: las endorfinas que seguramente mi cuerpo empieza a segregar. O tal vez es que recién los músculos empiezan a “recordar” el funcionamiento ejercitativo. Recuerdo que en alguna parte leí que existe una especie de “memoria muscular”.


30:00, 11.8, 5.8, 118. Veo que la velocidad la he incrementado, y sin embargo no percibo estar haciendo mayor esfuerzo. Ahora después de un poquito más de Pink Floyd (Comfortably Numb), cambio a algo más enérgico, aunque igual de viejo: Highway Star de Deep Purple, la versión en vivo del album Made in Japan. Guao, con este tema, no vuelo, me catapulto al espacio, soy un cohete. Y que bueno es sentir nuevamente el sudor corriendo por todo el cuerpo, como si con la transpiración se fueran también los dolores, las preocupaciones y el pesimismo.




40:00, 12.3, 8.2, 152. Que bien, aún tengo más velocidad, y si estuviera corriendo, o en una bicicleta, diría que voy cómodo, pero el caso es que en esta cosa no voy a ninguna parte. Permanezco estático en la misma habitación y al lado de la misma ventana, pero esta vez me permito mirar más arriba y ahí en la distancia, se muestra altivo, gallardo, el Pico Naiguatá.




Y girando la vista a la izquierda el pico Oriental. Por un momento parece que me llaman, que me invitan nuevamente a la comunión. Todavía moveré brazos y piernas por 10 minutos más, tiempo suficiente para escuchar Smoke on The Water del mismo album de Purple y The Unforgiven III y Suicide & Redemption del último album de Metálica, Death Magnetic, terminando duro, rápido, fuerte, y recuerdo un lema que, por moda, ingenuidad o candor político me gustaba pronunciar junto con amigos de la universidad, autonombrados de izquierda y añorando las “hazañas” del derrotado y muerto Ché: ¡Volveremos a las montañas!. Volveremos, sí señor.

sábado, 16 de mayo de 2009

La inacción produce cuentos viejos

Tras mi regreso del Roraima, han pasado unas semanas durante las cuales he pasado por diferentes estados de ánimo, que van desde la desesperación, hasta el saludable optimismo. Todo debido a la evolución de la lesión de tobillo. En las primeras 2 semanas la evolución fué bastante buena, pues la inflamación fué cediendo gradual pero contínuamente, aúnque obviamente casi no podía pisar con ese pie, y caminaba con una cojera que creo que a ratos era exagerada, seguramente por el temor inconsciente de lastimarme. Las siguientes 2 semanas, una vez que la inflamación había cedido en gran parte, en el empeine y en la canilla, empecé a hacer sencillos ejercicios que promueven la movilidad de la articulación, con diferentes sensaciones: unas veces sentia un gran alivio después de hacerlo y otras veces más bien me sentía mas lastimado. Traté de empezar a caminar sin cojear, cosa que podia hacer por momentos sí y por momentos no.

Para no quedarme completamente inactivo, hace una semana desempolvé un viejo perchero de marca ORBITREK, y recordé que su uso primario es para hacer ejercicio. Primero por 15 minutos, y poco a poco hasta 45 minutos. El Domingo pasado me monté en la bicicleta y salí a dar una vuelta en la cota mil. Con más miedo que dolor hice el trayecto en poco más de una hora, con buenas sensaciones en general, aúnque notando mucha rigidez en los tendones de la rodilla para abajo, que supongo poco a poco irá cediendo. Me preocupa que aún tengo inflamación y dolor justo encima de lo que creo es el ligamento peroneo - astragaliano anterior. Tendré que hacerme otra evaluación y espero que no sea ninguna complicación. Mientras, mañana domingo volveré a la Cota.

En vista de esta inacción, y copiando la idea de Félix de rescatar cuentos viejos, aquí va uno: De cómo en mi primera carrera me monté en lo más alto del podio, y de paso, por única vez en mi vida, obtuve un premio en metálico.

Allá por el año 1990 yo le prestaba servicios en el área de telefonía a la Compañía anónima Venezolana de Navegación (CAVN). Tenía algunos años ya en eso y me conocía prácticamente con todo el personal de la empresa. Parecía un empleado más de CAVN.

A esas alturas de mi vida yo había descubierto (tal vez tardiamente) que me gustaba y me hacía bien hacer algo de ejercicio. Había pasado de ser un completo sedentario, bebedor consetudinario de viernes a domingo y, por que no si se presentaba la ocasión, también de miércoles... o jueves...o...bueno cualquier dia que termine en "s" o en "o", a ser menos sedentario, bebedor consetudinario, tal vez de viernes y sábado, pero que hacía algo de ejercicio: alguna vez en la mañana una trotadita en Parque del Este, un sábado algun paseillo con la familia por el ávila y los domingos alguna rutica ciclista urbana, generalmente con mi cuñado y algunos amigos no precisamente deportistas. Me sentía mucho mejor tanto física como anímicamente y, una cosa lleva a la otra, empecé a hacer alguito más de ejercicio: 3 vueltas al parque en lugar de 2, tratar de hacer una vuelta más rápido que la otra, empezar a competir con los amigos en las rutas de la bicicleta, hacerlas más largas, más difíciles, en fín entré en un círculo virtuoso. Pero...Competir? no estaba en mis planes. Creía que la gente que corría maratones, eran todos deportistas consumados, que los triatletas eran una especie de super dotados, y no tenía la más mínima idea de tiempos, distancias, velocidades, ritmos, etc. Si alguna vez en alguna conversación surgía el tema de una carrera, me daba lo mismo que alguien dijera que hizo una carrera de 5 k y otro se refiriera a una de 21 k, por ejemplo. En fín, me gustaba hacer ejercicio, pero lo de las carreras era otra cosa. No creía que eran para mí, aparte de eso ya tenía más de 35 años y suponía que las carreras eran para chamos.

Entonces, CAVN organiza una carrera de 12K, por su no sé cuantos aniversario. Yo no le paro por supuesto. Dije que tal vez iba a verla, mas que todo por compartir con el personal que estaba de fiesta.

El sábado anterior a la carrera, estando en el parque, me consigo con Jaime, uno de los empleados de CAVN que estaba también terminando de trotar. Sabia que él habia corrido varios triatlones, así que ya saben la idea que tenía de su persona. Me pregunta si me inscribí en la carrera, y al saber que no, me reprocha y me dice que lo debería haber hecho pues me ve condiciones. Yo pienso que, total igualito ya las inscripciones están cerradas, pero resulta que este era uno de los organizadores de la vaina y me dice que me va a inscribir , en la categoría EMPLEADOS. Me dice que de una vez vayamos a retirar el número y la franelilla, y en su mismo carro nos vamos. Me pone al tanto de de la ruta, y me dá algunos tips. Me entero que en esa categoría nada más estaremos 5 , y me dice que trate de ir siguiéndole el paso al que él consideraba era el más debil de los otros cuatro. Obviamente se consideraba ganador seguro.

Con tremendo rollo en mi cabeza, casi ni pude dormir. Será que tengo que ponerme obligatoriamente esa franelilla que me queda grande?... Me pedirán la cédula al empezar la carrera?... Si llego a pararme en algún momento estará a mi lado un comisario descalificándome y haciéndome pasar pena? Y si todos me dejan atrás y tomo otro camino distinto a la ruta?, Me perderé?...y si me dan ganas de ir al baño?..En fin esas y otras preguntas acudian en tropel a mi pensamiento.

Llegó el domingo y tal como me recomendó Jaime estuve una hora antes de la partida. Menos mal que era en la sede de la empresa y había baños disponibles por todo lado. Los tuve que usar 2 veces. Entre los 5 competidores estaba Faustino, un muchacho con el cual había subido unas cuantas veces a La Julia y al Mirador, y que puestos a competir yo le había ganado algunas veces. Así que ya tenía por lo menos un parámetro por el cual guiarme. Según Jaime, Faustino podia ser el tercero en la categoría.

Partida. Me quedo alelado al ver lo duro que salen todos. No habían muchos corredores, tal vez unos 200. Salgo tal como empezaba mis trotes en el parque: bastante lento, pero subiendo paulatinamente el ritmo hasta alcanzar mi "velocidad de crucero". La ruta era saliendo de la sede de CAVN en la Rómulo Gallegos a la altura de Los Ruices, Fco. de Miranda hasta Chacaito, Las Mercedes, Chuao, Rio de Janeiro, salida hacia Caurimare, vuelta en U a la altura de la clínica que esta por ahí, principal de los Ruices y llegada a la sede.

Después de arrancar, no veo a ninguno de mis competidores, supongo que todos están bastante adelante. No me preocupo, no tengo ningún objetivo, tal vez llegar a la meta. Veo que hay gente que trota a mi lado al mismo ritmo que yo y parecen de lo más felices. A la altura de Parque Cristal creo que ya alcancé mi velocidad de crucero y ahí debo mantenerme. Sigo pasando gente y me preocupa pensar que tal vez estoy muy rápido, pero me siento cómodo y sigo. Llegando a torre Europa me sorprende ver justo delante mío al que supuestamente debía ser cuarto. Va super lento, creo que ya estaba fundido, lo saludo y lo paso. Que bién, estoy cuarto. Apenas estoy procesando ese pensamiento y... zas le veo la espalda a Faustino. También va más lento que yo, me dice algo de unas ampollas, los zapatos y no se que más. Me le voy, pero sin apretar, al mismo ritmo con el cual vengo desde atras. Coño, estoy tercero, y ahora?... tengo que subir al podio?...el super tímido que siempre fuí verse ahora expuesto a ese poco de gente, que de paso son todos o la mayoría conocidos, casi compañeros de trabajo....que vaina. Pero ni modo que empiece a quedarme, si estoy bien, me siento bien. Y así, sumido en mis cavilaciones, casi sin darme cuenta llego a la salida de Caurimare y me parece que esa subida va a acabar conmigo, pero menos mal es corta. Vuelta en U y a bajar. Alguien dice que faltan menos de 2 k y empiezo a tener la certeza de que sí llegaré a la meta y que sí estoy tercero y que sí subiré a ese temido podio. Paso sobre la autopista y empieza la subida. Seguí al mismo ritmo, sorprendido de ver que aún subiendo podía mantenerlo. Ya se vé el elevado de Los Ruices en la Fco. de Miranda, ya sólo faltan como 5 cuadras para la meta y de pronto veo unos 4 metros delante mio la espalda de Jaime. Va casi al mismo ritmo mio, me le voy acercando con cada paso. Pasamos casi juntos por debajo del elevado. Pienso: qué lástima con el pana, está segundo, pues como yo no ví al que supuestamente iba a ser segundo, seguramente está más adelante. Me emparejo con Jaime y hablamos. Se sorprende de verme y me dice que él va de primero. Seguro por estar pensando en pajaritos preñados pasé al supuesto segundo y no me dí cuenta. El comienza a apretar un poco el paso y me dice - dale Luis-. Pienso que no podré pero lo hago y sigo su paso pisándole los talones. Pasamos así la Rómulo y queda subir una cuadra corta, girar y a 30 metros la meta. A mitad de la cuadra subiendo Jaime me dice - dale con todo- y comienza su remate. Yo lo sigo y al dar la curva lo paso y llego a la meta primero.




Tiempo: 1H flat. Posición: 1° categoría empleados. Premiación: trofeo, bolso deportivo y 10.000 Bs. de los viejos.

Conclusión: Puedo competir en carreras, no estoy viejo para eso, hay categorías para todos.

Consecuencias: Empecé a entrenar. En forma autodidacta. Mi guía: La revista Runner's World. Empecé a sacarle el cuerpo a las farras, rochelas y fiestas: "Mañana tengo competencia", o "me comprometí con unos amigos a salir a entrenar temprano", o a veces entrenaba 2 veces en el dia y que ganas quedan de rumbear?.

Esa carrera no se volvió a hacer más nunca, la CAVN no existe hace mucho tiempo y casi no tengo recuerdos de élla, pero este sí que vale la pena. Me cambió la vida.

sábado, 25 de abril de 2009

La aventura del Roraima

Como ya escribí en una entrada anterior, el dia 4 de Abril, junto con mi hija, su novio y 4 amigos salimos de Caracas rumbo a Santa Elena de Huairén, donde nos esperaba el señor Roberto Marrero, director de Mystic Tours, empresa con la cual habíamos previamente contratado el tour al tepuy Roraima.

Desde la primera vez que visité la Gran Sabana me había picado el gusanito de subir algún dia a alguno de los tepuyes. Averiguando posteriormente supe que el más accesible, pero también el más alto y uno de los más grandes en extensión es el Roraima. Así pues, quedó como un deseo latente hacer la excursión a este sitio, pero dado lo lejos que queda de Caracas, el temor que sentía cuando me decían que son 6 dias de caminata fuerte, y no haber encontrado en todo ese tiempo alguien cercano que quisiera compartir la experiencia, no había sido posible realizar mi anhelo. Hasta ahora, que el amigo Roberto entusiasmó a Cris y Gigi con la idea, los que a su vez lo hicieron con Sergio, Molka y Dubi, la hija de ambos, y bueno pues, yo también me entusiasmé. Aquí echaré el cuento de este viaje, tratando de hacerlo breve.

El tour que contratamos y que es el que normalmente ofrecen todos los operadores se hace en 6 dias: 3 para llegar a la cima del tepuy, uno para explorar la meseta y 2 para bajar.

DIA 1.- Nos encontramos temprano en la mañana en las oficinas de Mystic Tours, donde a nuestro grupo de 7 se incorporaron 8 personas más: Linda (Australia), Gabrielle (Austria), Lucia (Brasil), Brewster (USA), Paul(Irlanda) y Maira (Brasil), y James y Louise (Inglaterra). Además de Marcos, nuestro guia . Arrancamos en 2 jeeps, paramos en una panadería a desayunar y luego seguimos por la carretera principal hacia San Francisco. En ese punto se deja la carretera principal para tomar una carretera de tierra que lleva a Paraitepuy, donde está el puesto de Inparques en el que hay que registrarse y desde donde arrancamos a caminar. El camino empieza con una bajada más o menos larga pero no muy pendiente, después sigue por una sabana ondulada con suaves pendientes, y así subiendo y bajando por unas 4 horas llegamos a Rio Tek, el cual debemos cruzar sin zapatos y en medias para no resbalar en la piedras. El método parece funcionar, y seguimos subiendo y luego volviendo a bajar por espacio de unos 40 minutos hasta llegar a Rio Kukenán, éste más caudaloso que el Tek y esta vez los porteadores son los que cruzan nuestras mochilas y nos ayudan a no perder el equilibrio. Una vez cruzado el rio llegamos al sitio de nuestra primera acampada, donde una vez que los porteadores arman las carpas y nosotros tomamos posesión de ellas, nos toca darnos un delicioso baño en el Kukenán y luego abrigarnos y esperar la deliciosa cena que nuestro guia y sus asistentes se encargan de preparar. Aprovechamos de observar una y otra vez, y no nos cansamos de éllo, las distintas vistas que nos ofrece el tepuy Kukenán y el salto del mismo nombre, que según nos informaron es el segundo más alto después del Salto Angel y tiene 600 mts. de caída.
El grupo completo en Paraitepuy minutos antes de comenzar la caminata
Yo, Roberto, Molka y Cris en una pausa. Al fondo el Kukenán


Bajando al rio Tek, no muy caudaloso en esta época del año

DIA 2.- Despertamos con buen ánimo, a pesar de la lluvia caída durante gran parte de la noche. Después de un suculento desayuno, comenzamos a caminar por un camino casi igual que el dia previo, pero esta vez la pendiente era mayor , todo el tiempo subiendo, con muchos tramos de piedras y otros con verdaderos lagos de lodo, los que debiamos pasar haciendo equilibrio sobre pequeñas piedras, no siempre con éxito, por lo que comenzó a hacerse presente algo que ya sería una constante durante todo el viaje: los zapatos mojados y los pies húmedos. Después de unas 3 horas llegamos a un sitio conocido como el Campamento Militar, donde hay indicios de que alguna vez hicieron una explanada para montar un campamento. Hoy en dia lo que queda es un montón de piedras. Cerca hay un sitio donde tomar agua. Los porteadores prepararon un almuerzo ligero y luego seguimos subiendo, siempre entre piedras y barro hasta llegar al Campo Base, donde , al igual que en Rio Kukenán, hay una pequeña choza que es usada para cocinar. Hay una toma de agua cerca, y también cerca otro pequeño rio donde hay una poza ideal para darse un baño.

Los sitios donde montar carpas estaban prácticamente todos ocupados, así que tuvimos que acomodarlas donde mejor se podía, sobre el barro. Toda el área en este sector está llena de barro y pequeños cursos de agua corren por todo lado. Estaba muy nublado y haciendo mucho frio, pero otra vez nuestros super héroes, los porteadores, nos tenian chocolate, café e inclusive té. Después de cenar hablamos pajita un rato más y luego un viento muy fuerte, húmedo y frio nos obligó a guardarnos. Esa noche dormimos tratando de acomodar el cuerpo al relieve del terreno y con frio.
Yo y James en una de las piedras en Campamento Militar
Gigi y Dubi en plena subida hacia Campo Base, con el omnipresente Kukenán de fondo

Un descanso cerca ya de Campo Base, con el Roraima al fondo oculto en gran parte por las nubes

DIA 3.- Amanece frío, húmedo pero algo despejado, por lo que por primera vez podemos observar, ya bastante cerca, la inmensa pared del Roraima. A lo lejos conseguimos ver una empinadísima subida, donde algunos excursionistas parecen subir gateando. Más allá se ven las dos caídas de agua conocidas como Las Lágrimas, debajo las cuales debemos pasar, nos informa el guía. Aparentemente luce imposible, pues la pared parece ser una sola superficie vertical sin fisuras ni grietas por donde subir. En fín, en esos momentos no se podía pensar mucho en eso sino en acondicionar lo mejor posible la carga para mantenerla lo más seca posible. Yo decidí que no me importaba mojarme yo, pero no mi mochila. Así pues después de desayunar empezamos la caminata por un sendero inundado de barro que baja hasta un río cercano. Una vez superado éste, empieza la subida, que en efecto, en muchos sitios hay que treparla aferrándose con manos y uñas. No sé si llovía o era el rocío de las caídas de agua, que por efecto del viento, llegaba hasta nosotros, lo cierto es que al rato ya estabamos empapados. Después de unas 2 horas o más de dura subida llegamos a unas piedras conocidas como El Mirador. Tomamos algunas fotos y nos dieron frutas. Desde ahí ya se veía el Salto Kukenán prácticamente a nuestra altura y a poca ditancia, Las Lágrimas. De este punto empezamos a bajar por entre piedras y grietas hasta estar prácticamente debajo de Las Lágrimas. Había que pasar pegados a la pared por un sector de piedras sueltas y resbalosas. Extremando precauciones pasamos e inmediatamente empieza una subida primero por las mismas piedras sueltas y luego entre grandes rocas negras ya típicas de la cumbre del tepuy. Después de una media hora más subiendo por fín llegamos a la cima. Cansados, mojados y fríos pero eufóricos. Encontramos un sitio más o menos abrigado donde los super porteadores nos prepararon una rica sopa que nos supo a maná.

Como era previsible por lo visto en Campo Base todos los sitios de acampada, los llamados hoteles, estaban full. Marcos, el super-guía decidió llevarnos a una caverna poco frecuentada y donde supuestamente nunca se habian montado carpas. Llegados al sitio vimos que la entrada era una estrecha garganta que se reducía en algunos sitios apenas al espacio suficiente para pasar agachaditos y encogidos. Debajo de donde pisábamos, los bordes de una grieta, se escuchaba una corriente de agua. Gigi se negó a entrar, pero la alternativa era dormir afuera, con la perspectiva de tener que soportar lluvía, viento y muchísimo frío. Convencida élla empezamos a adentrarnos en la cueva. A los pocos metros ya la oscuridad era total. Menos mal que casi todos llevaban linternas frontales. De todas maneras a Louise le dió una pequeña crisis, supongo de claustrofobia. Después de algo de llanto y consuelo de su pareja pudo calmarse y llegamos todos a una galería más o menos amplia y con algunas superficies planas donde poder instalar las carpas. Si bien quedamos protegidos del viento y la posible lluvia, no así de la humedad, que en el interior de esta caverna era extrema.

Empezando a subir desde Campo Base: Barro, lluvia, raíces y piedras

Ya se empezaban a ver cerca Las Lágrimas, bajo las cuales debiamos pasar

Otra vista del salto Kukenán, desde la altura de El Mirador



Gabrielle llegando a El Mirador.


Ahora a bajar un poco y meterse debajo de esas duchas

Parte del grupo una vez superado el paso bajo los chorros. !Que no se mojen los morrales!

Ya un poquito más arriba. Siempre pegaditos a la pared

Empapado (pero con la mochila seca) y la impresionante pared del Roraima de fondo

Solo falta subir un poquito entre esas piedras y llegaremos a la cima

Nuestra madriguera en nuestra primera noche en la cima. Empiezo a creer que somos anfibios

DIA 4.- Dia de caminar en la cima del tepuy. Previamente por sugerencia de Marcos decidimos mudarnos a otro sitio menos lóbrego. Lo hicimos rápidamente, dejamos los macundales a cargo de uno de los porteadores y salimos. Lo característico de este sitio son las extrañas formas que adoptan las rocas. Toda la superficie es de roca, excepto en pequeñas areas donde hay poco profundas acumulaciones de arena, o charcos muy lodosos. Llegamos primero al Valle del Cuarzo, donde algunos aprovecharon para curarse los chacras, o energizarse, dado la conocida energia que transmite ese tipo de piedra. Luego arribamos a los Jacuzis, especie de bañeras naturales en la roca, con fondo de cuarzo. Agua bastante fria, pero como había sol algunos decidieron tomarse un bañito. Después seguimos caminando un poco más y llegamos al Borde, una especie de mirador, tal como su nombre lo dice en el borde mismo de la pared. Felizmente por momentos las nubes se abrían y nos permitían ver la grandiosidad del paisaje: abajo, muy abajo, un verde valle surcado por algunos rios y al frente otra de las paredes del macizo Roraima. Tomamos algunas fotos, no sin ponernos nerviosillos por la proximidad del abismo. El siguiente punto del periplo es otro mirador conocido como La Ventana, en la misma pared por la cual subimos y desde donde se puede ver justo al frente el Kukenán, y abajo todo el valle que se forma entre los dos tepuyes. Finalmente el último sitio a visitar fué El Carro, el punto más alto del Roraima. Para llegar a él hay que subir entre piedras y barro como por 20 minutos, y se encuentran unas grandes piedras, algunas de éllas colgando hacia el abismo y en aparentemente precario equilibrio. Mas fotos y retorno al campamento, donde como siempre ya teniamos las carpas montadas, bebidas calientes y la cena en proceso de elaboración.

Yo junto a Cris, Sergio y Roberto en la cima del tepuy

En los Jacuzis: Que agua tan fria!!

Vista desde El Borde. Al frente, entre las nubes, otra de las paredes del Roraima

En una de las piedras de La Ventana. Ya estaba nublado. Solo por instantes se podia ver algo

En el punto más alto del tepuy. El Carro. Atrás el borde del Kukenán

SuperMarcos desafiando el vértigo en La Ventana


DIA 5.- En este dia nos tocaba bajar de la cima, llegar a Campo Base y a diferencia de la subida, seguir directo hacia el campamento de Kukenán. El dia amaneció despejado pero frio. Caminamos a buen paso desde nuestro "hotel" hacia el borde donde empieza la bajada. Después de reagruparnos empezamos a bajar entre las grandes piedras y al rato ya teniamosa la vista Las Lágrimas. Llegamos al sector de piedras sueltas y justo al acercarnos al paso bajo las caídas me doble el tobillo derecho, al pisar una piedra suelta y ésta darse la vuelta. Sentí un dolor agudo y casi no podía pisar, pero traté de no darle mucha importancia y empujado por las endorfinas del momento crucé el paso y luego subí hasta el Mirador, donde ya estaban algunos de nuestro grupo. Ahí me quité el zapato y la media y ya la hinchazón era severa. Gabrielle, en gesto inolvidable para mi, dijo que tenía una venda y ella misma a pesar de la lluvia y la incomodidad procedió a vendarme. Brewster me prestó uno de sus bastones y Linda me dió una pastilla de Ibuprofen. Por supuesto, después de parar el dolor empezó a ser mucho más intenso, pero ni modo, o seguía o seguía. La subida que la hicimos gatendo ahora me tocaba bajarla prácticamente apoyado en una sola pierna. El trayecto a Campo Base se me hizo eterno y llegué exahusto. Creo que más mental que fisicamente. Menos mal que ya los porteadores habían preparado un almuerzo caliente y eso me reanimó. Decidí continuar adelantándome algo, pensando que si salia junto con el grupo los iba a retrasar, pero como el terreno ya no era tan abrupto, cojeando y apoyándome en el bastón pude marcar un buen paso y más bien llegué antes que todos junto con Dubi. Aproveché de remojar el pie por un buen rato en el rio y luego acostarme con el pie elevado y esperar la cena



A la vista el Paso de las Lágrimas. Minutos antes de doblarme el tobillo en una de las piedras sueltas


DIA 6.- Amaneció soleado, pero mi tobillo ya parecía un melón por lo inflamado. Había a mano Dencorub, con lo que me friccioné, me vendé nuevamente otro ibuprofeno y después de desayunar comenzamos a caminar, yo esta vez sin mochila. Se la cargó uno de los porteadores. Después de cruzar trabajosamente los rios Kukenán y Tek, pensé: De aquí a Paraitepuy debo dar x cantidad de pasos, y cada uno de éllos será doloroso, vaya lento o vaya rápido; por lo tanto lo haré rápido para que el dolor dure menos tiempo. Así pues, al principio lento, pero una vez entrado en calor más rápido, caminé sin descanso hasta Paraitepuy donde llegué primero que todos. Dubi llegó a los pocos minutos y luego durante las siguientes 2 horas el resto del grupo. En Paraitepuy venden cerveza, así que a todo el que llegaba lo esperábamos con su correspondiente lata. Nunca unas cervezas supieron mejor, aunque no ayudan en nada a la inflamación, pero esa ya es otra historia.

Junto a Dubi ya en el último tramo del trayecto. El Roraima parece lejano ahora

Unas birras celebrando la llegada. Salud!!